Capítulo 2: El Reflejo que No Es Tuyo

Diego decidió no contarle a nadie lo que estaba pasando, convencido de que se trataba de su imaginación. Pero una tarde, mientras miraba por la ventana, notó algo extraño en el espejo del pasillo. La figura reflejada no se movía al mismo tiempo que él.

Respiró hondo y dio un paso atrás, pero el reflejo permaneció quieto, mirándolo con ojos vacíos. De repente, la boca del reflejo se movió, formando una palabra que Diego no pudo escuchar, pero que sintió profundamente en su pecho.

Era como si su propio reflejo lo estuviera desafiando.

"Esto ya no es normal", murmuró. Intentando reírse de la situación, dijo: "Bueno, al menos ya no me siento solo." Pero sabía que estaba mintiendo.

La noche siguiente, el susurro lo despertó de nuevo, pero esta vez, el reflejo estaba allí, esperando, sonriendo.

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